¡Comparto esta reflexión sobre la fábula del viajero en el desierto!

A veces, en medio de los desafíos, nos encontramos buscando respuestas, explorando caminos, probando soluciones y, si es necesario, volviendo a empezar. No siempre vemos el final del trayecto, pero seguimos avanzando porque algo dentro de nosotros nos impulsa.

Esto nos demuestra que el conocimiento y la acción nos guían, así como el viajero sigue adelante porque siente que el oasis está ahí, aunque aún no lo vea.

Muchas veces creemos que lo que nos mueve es la «fe», pero en realidad es algo más profundo: una certeza silenciosa que nace de la convicción, la experiencia y el instinto. Es como si llevamos una brújula interna que nos empuja, aunque no siempre podamos explicarlo con palabras.

Y es en esos momentos cuando comprendemos que no caminamos solo por creer, sino porque, en lo más profundo, sabemos que la respuesta está por revelarse. Pero la verdadera fuerza no viene de fuera, sino de la confianza que llevamos dentro.